Cuando tienen asuntos, vienen a
mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. Éxodo
18:16.
DECLARO LAS ORDENANZAS DE DIOS. Algunos comentadores han tomado la referencia a ordenanzas y leyes como una prueba de que la visita de Jetro ocurrió después de la promulgación 602 de la ley en el Sinaí.
Otros han señalado que la práctica
descrita en este pasaje no habría sido necesaria después de la promulgación de
la ley, y que su existencia en el tiempo de la visita de Jetro la ubica como
habiendo ocurrido antes de que la ley fuera formalmente proclamada a Israel. La
última explicación parece preferible. Dios no había dejado a su pueblo por
miles de años sin ley moral. Caín sabia que el asesinato era pecado (Gén. 4:8-13),
Sem y Jafet demostraron estar familiarizados con la ley al rehuir la indecencia
(Gén. 9:23), Abrahán observó los mandamientos de Dios (Gén. 26:5) y aun el rey
filisteo Abimelec sabía que el adulterio era un "grande pecado" (Gén.
20:9).
LA MENCIÓN DE "MIS
MANDAMIENTOS, mis estatutos y mis leyes" (Gén. 26:5) no es pues anacrónico
en el tiempo de los patriarcas, sino que muestra claramente que antes del Sinaí
el hombre tenía conocimiento de tales leyes divinamente impartidas.
Moisés, quien durante sus 40 años
de permanencia en el desierto había registrado la historia del trato de Dios
con los patriarcas, debe haber conocido bien los principios morales presentados
en el libro del Génesis. 1CBA
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