3° MANDAMIENTO.
7 No tomarás el nombre de Jehová
tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en
vano. (Éxodo 20).
EN VANO. La palabra así traducida
significa "iniquidad", "falsedad", "vanidad",
"vacuidad". Inculcar reverencia es el principal propósito del tercer
mandamiento (Sal. 111:9; Ecl. 5:1,2), que es una secuela apropiada de los dos
que lo preceden. Los que sólo sirven al verdadero Dios, y le sirven en espíritu
y en verdad, evitarán cualquier uso descuidado, irreverente o innecesario del
nombre santo. No blasfemarán. La blasfemia, o cualquier lenguaje descuidado por
el estilo, no sólo viola el espíritu de la religión, sino que indica también
falta de educación y caballerosidad.
ESTE MANDAMIENTO no sólo se aplica a las palabras
que debiéramos evitar sino al cuidado con que debiéramos usar las que son
buenas (ver Mat. 12:34-37).
EL TERCER MANDAMIENTO también condena las ceremonias vacuas y el formalismo en el culto (ver 2 Tim. 3:5) y exalta el culto realizado en el verdadero espíritu de santidad (Juan 4:24). Muestra que no es suficiente la obediencia a la letra de la ley. Nadie reverenció nunca más estrictamente el nombre de Dios que los judíos, quienes hasta el día de hoy no lo pronuncian. Como resultado, nadie sabe cómo debiera pronunciarse.
Pero en su sujeción extrema a la letra de la
ley, los judíos rindieron a Dios un homenaje vacío. Ese falso celo no impidió
la trágica equivocación cometida por la nación judía hace 2.000 años (Juan
1:11; Hech. 13:46).
EL TERCER MANDAMIENTO también prohíbe el juramento
falso, o perjurio, que siempre ha sido considerado como una grave falta social
y moral digna del más severo castigo. El uso descuidado del nombre de Dios
denota una falta de reverencia para con él. Si nuestro pensamiento se enfoca en
un plano espiritualmente elevado, nuestras palabras también serán elevadas y
serán dictadas por lo que es honrado y sincero (Fil. 4:8).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE
"NO TOMARÁS EN VANO EL NOMBRE DEL SEÑOR TU DIOS: porque no dejará el Señor sin castigo al que tomare en vano el nombre del Señor Dios suyo."
Este mandamiento no sólo prohíbe el jurar en falso y las blasfemias tan comunes, sino también el uso del nombre de Dios de una manera frívola o descuidada, sin considerar su tremendo significado. Deshonramos a Dios cuando mencionamos su nombre en la conversación ordinaria, cuando apelamos a él por asuntos triviales, cuando repetimos su nombre con frecuencia y sin reflexión. "Santo y terrible es su nombre." (Sal. 111:19.)
Todos debieran
meditar en su majestad, su pureza, y su santidad, para que el corazón comprenda
su exaltado carácter; y su santo nombre se pronuncie con respeto y solemnidad.
* "La Enemistad De Satanás
Hacia La Ley". https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/pp-capitulo-29-la-enemistad-de-satanas.html
1CBA/EGW/MHP
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