viernes, 1 de abril de 2022

03. LOS DIEZ MANDAMIENTOS (III).

3° MANDAMIENTO.

7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. (Éxodo 20).

EN VANO. La palabra así traducida significa "iniquidad", "falsedad", "vanidad", "vacuidad". Inculcar reverencia es el principal propósito del tercer mandamiento (Sal. 111:9; Ecl. 5:1,2), que es una secuela apropiada de los dos que lo preceden. Los que sólo sirven al verdadero Dios, y le sirven en espíritu y en verdad, evitarán cualquier uso descuidado, irreverente o innecesario del nombre santo. No blasfemarán. La blasfemia, o cualquier lenguaje descuidado por el estilo, no sólo viola el espíritu de la religión, sino que indica también falta de educación y caballerosidad.

ESTE MANDAMIENTO no sólo se aplica a las palabras que debiéramos evitar sino al cuidado con que debiéramos usar las que son buenas (ver Mat. 12:34-37).

EL TERCER MANDAMIENTO también condena las ceremonias vacuas y el formalismo en el culto (ver 2 Tim. 3:5) y exalta el culto realizado en el verdadero espíritu de santidad (Juan 4:24). Muestra que no es suficiente la obediencia a la letra de la ley. Nadie reverenció nunca más estrictamente el nombre de Dios que los judíos, quienes hasta el día de hoy no lo pronuncian. Como resultado, nadie sabe cómo debiera pronunciarse. 

Pero en su sujeción extrema a la letra de la ley, los judíos rindieron a Dios un homenaje vacío. Ese falso celo no impidió la trágica equivocación cometida por la nación judía hace 2.000 años (Juan 1:11; Hech. 13:46).

EL TERCER MANDAMIENTO también prohíbe el juramento falso, o perjurio, que siempre ha sido considerado como una grave falta social y moral digna del más severo castigo. El uso descuidado del nombre de Dios denota una falta de reverencia para con él. Si nuestro pensamiento se enfoca en un plano espiritualmente elevado, nuestras palabras también serán elevadas y serán dictadas por lo que es honrado y sincero (Fil. 4:8).

COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE

"NO TOMARÁS EN VANO EL NOMBRE DEL SEÑOR TU DIOS: porque no dejará el Señor sin castigo al que tomare en vano el nombre del Señor Dios suyo."

Este mandamiento no sólo prohíbe el jurar en falso y las blasfemias tan comunes, sino también el uso del nombre de Dios de una manera frívola o descuidada, sin considerar su tremendo significado. Deshonramos a Dios cuando mencionamos su nombre en la conversación ordinaria, cuando apelamos a él por asuntos triviales, cuando repetimos su nombre con frecuencia y sin reflexión. "Santo y terrible es su nombre." (Sal. 111:19.) 

Todos debieran meditar en su majestad, su pureza, y su santidad, para que el corazón comprenda su exaltado carácter; y su santo nombre se pronuncie con respeto y solemnidad.

* "La Enemistad De Satanás Hacia La Ley". https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/pp-capitulo-29-la-enemistad-de-satanas.html

1CBA/EGW/MHP


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