7° MANDAMIENTO.
14 No cometerás adulterio (Éxodo
20).
14. No cometerás adulterio. Esta prohibición no sólo abarca
el adulterio sino también la fornicación e impureza de toda y cualquier clase,
en hechos, palabras y pensamientos (Mat. 5:27,28).
Este, nuestro tercer deber para con nuestro "prójimo", significa respetar y honrar el vínculo sobre el cual se edifica la familia, el de la relación matrimonial, que para el cristiano es tan preciosa como la vida misma (Heb. 13:4).
El casamiento hace del esposo y la esposa "una sola carne" (Gén. 2:24).
Ser desleal
a esta unión sagrada, o inducir a otro a serlo, es despreciar lo que es sagrado
y es también cometer un crimen. A través de toda la historia humana, por regla
general no se ha considerado como una falta grave el que un esposo se
convirtiera en adúltero.
Sin embargo, si la esposa era la culpable, se
la trataba con la máxima severidad. La sociedad habla de la "mujer
caída", pero poco se dice del "hombre caído". El mandamiento se
aplica con igual fuerza a ambos: al esposo y a la esposa (Heb. 13:4; Apoc.
21:8).
COMENTARIOS DE ELENA G.
DE WHITE
"NO FORNICARÁS." Este mandamiento no sólo prohíbe las acciones impuras, sino también los pensamientos y los deseos sensuales, y toda práctica que tienda a excitarlos. Exige pureza no sólo de la vida exterior, sino también en las intenciones secretas y en las emociones del corazón.
Cristo, al enseñar cuán abarcante es la obligación de
guardar la ley de Dios, declaró que los malos pensamientos y las miradas
concupiscentes son tan ciertamente pecados como el acto ilícito. PP 317
* "La Enemistad De Satanás
Hacia La Ley". https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/pp-capitulo-29-la-enemistad-de-satanas.html
1CBA/EGW/MHP
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