LOS PROTESTANTES CONSIDERAN HOY
AL ROMANISMO CON MÁS FAVOR QUE
AÑOS ATRÁS.
En los países donde no predomina
y donde los partidarios del papa siguen una política de conciliación para ganar
influjo, se nota una indiferencia creciente respecto a las doctrinas que
separan a las iglesias reformadas de la jerarquía papal;
entre los protestantes
está ganando terreno la opinión de que, al fin y al cabo, en los puntos vitales
las divergencias no son tan grandes como se suponía, y que unas pequeñas
concesiones de su parte los pondrían en mejor inteligencia con Roma.
Tiempo hubo en que los
protestantes estimaban altamente la libertad de conciencia adquirida a costa de
tantos sacrificios. Enseñaban a sus hijos a tener en aborrecimiento al papado y
sostenían que tratar de congeniar con Roma equivaldría a traicionar la causa de
Dios. Pero ¡cuán diferentes son los sentimientos expresados hoy!
Los Defensores Del Papado
Declaran Que La Iglesia Ha Sido Calumniada, Y El Mundo Protestante Se Inclina A
Creerlo.
Muchos sostienen
que es injusto juzgar a la iglesia de nuestros días por las abominaciones y los
absurdos que la caracterizaron cuando dominaba en los siglos de ignorancia y de
tinieblas. Tratan de excusar sus horribles crueldades como si fueran resultado de
la barbarie de la época, y arguyen que las influencias de la civilización
moderna han modificado los sentimientos de ella.
¿HABRÁN OLVIDADO estas personas
las pretensiones de infalibilidad sostenidas durante ochocientos años por tan
altanero poder?
Lejos
de abandonar este aserto lo ha afirmado en el 620 siglo XIX de un modo más
positivo que nunca antes. Como Roma asegura que la iglesia "nunca erró; ni
errará jamás, según las Escrituras"
(Juan L. von Mosheim, Institutes
of Ecclesiastical History, libro 3, siglo XI, parte 2, cap. 2, nota 17),
¿cómo podrá renunciar a los
principios que amoldaron su conducta en las edades pasadas?
LA IGLESIA PAPAL no abandonará
nunca su pretensión a la infalibilidad. Todo lo que ha hecho al perseguir a los
que rechazaban sus dogmas lo da por santo y bueno;
¿y quién asegura que no
volvería a las andadas siempre que se le presentase la oportunidad?
DERÓGUENSE las
medidas restrictivas impuestas en la actualidad por los gobiernos civiles y
déjesele a Roma que recupere su antiguo poder y se verán resucitar en el acto
su tiranía y sus persecuciones.
UN CONOCIDO AUTOR DICE, acerca de la actitud de
la jerarquía papal hacia la libertad de conciencia y acerca de los peligros
especiales que corren los Estados Unidos si tiene éxito la política de dicha
jerarquía:
"Son muchos los que
atribuyen al fanatismo o a la puerilidad todo temor expresado acerca del catolicismo
romano en los Estados Unidos. Los tales no ven en el carácter y actitud del
romanismo nada que sea hostil a nuestras libres instituciones, y no ven tampoco
nada inquietante en el incremento de aquél. Comparemos, pues, primero, algunos
de los principios fundamentales de nuestro gobierno con los de la iglesia
católica.
"LA CONSTITUCIÓN DE LOS
ESTADOS UNIDOS garantiza la libertad de
conciencia. Nada hay más precioso ni de importancia tan fundamental. El papa
Pío IX, en su encíclica del 15 de agosto de 1854, dice: 'Las doctrinas o
extravagancias absurdas y erróneas en favor de la libertad de conciencia, son
unos de los errores más pestilentes: una de las pestes que más se debe temer en
un estado.' El
mismo papa, en su encíclica del 8 de diciembre de 1864, anatematizó 'a los que sostienen
la libertad de conciencia y de cultos' como también 'a cuantos aseveran que la
iglesia no puede emplear la fuerza.' 621
"EL TONO PACÍFICO QUE ROMA EMPLEA EN LOS ESTADOS UNIDOS no implica un
cambio de sentimientos. ES TOLERANTE
CUANDO ES IMPOTENTE.
El obispo O'Connor dice: 'La
libertad religiosa se soporta tan sólo hasta que se pueda practicar lo opuesto
sin peligro para el mundo católico.' . . . El arzobispo de Saint Louis dijo un
día: 'La herejía y la incredulidad son crímenes; y en los países cristianos
como Italia y España, por ejemplo, donde todo el pueblo es católico y donde la
religión católica es parte esencial de la ley del país, se las castiga como a
los demás crímenes.'. . .
"TODO CARDENAL, arzobispo y obispo de la iglesia católica,
presta un juramento de obediencia al papa, en el cual se encuentran las
siguientes palabras: "Me opondré a los herejes, cismáticos y rebeldes
contra nuestro señor (el papa), o sus sucesores y los perseguiré con todo mi
poder."- Josías Strong, Our Country, cap. 5, párrs. 2-4.
TAMBIÉN HAY VERDADEROS CRISTIANOS
Es verdad que hay verdaderos
cristianos en la iglesia católica romana. En ella, millares de personas sirven
a Dios según las mejores luces que tienen. Les es prohibido leer su Palabra,*
debido a lo cual no pueden discernir la verdad. Nunca han visto el contraste
que existe entre el culto o servicio vivo rendido con el corazón y una serie de
meras formas y ceremonias. Dios mira con tierna misericordia a esas almas
educadas en una fe engañosa e insuficiente. Hará penetrar rayos de luz a través
de las tinieblas que las rodean. Les revelará la verdad tal cual es en Jesús y
muchos se unirán aún a su pueblo.
PERO EL ROMANISMO, como sistema, no está
actualmente más en armonía con el Evangelio de Cristo que en cualquier otro
período de su historia. Las iglesias protestantes se hallan sumidas en grandes
tinieblas, pues de lo contrario discernirían las señales de los tiempos.
LA IGLESIA ROMANA abarca mucho en
sus planes y modos de operación. Emplea toda clase de estratagemas para
extender su influencia y aumentar su poder, mientras se prepara para una lucha
violenta y resuelta a fin de recuperar el gobierno del mundo, restablecer las
persecuciones y 622 deshacer todo lo que el protestantismo ha hecho.
EL CATOLICISMO está ganando terreno en todas
direcciones. Véase el número creciente de sus iglesias y capillas en los países
protestantes. Nótese en Norteamérica la popularidad de sus colegios y
seminarios, tan patrocinados por los protestantes. Piénsese en la extensión del
ritualismo en Inglaterra y en las frecuentes deserciones a las filas católicas.
Estos hechos deberían inspirar ansiedad a todos los que aprecian los puros
principios del Evangelio.
LOS PROTESTANTES se han entremetido con el papado
y lo han patrocinado; han hecho transigencias y concesiones que sorprenden a
los mismos papistas y les resultan incomprensibles. Los hombres cierran los ojos ante el verdadero
carácter del romanismo, ante los peligros que hay que temer de su supremacía.
Hay necesidad de despertar
al pueblo para hacerle rechazar los avances de este enemigo peligrosísimo de la
libertad civil y religiosa.
Muchos protestantes suponen que
la religión católica no es atractiva y que su culto es una serie de ceremonias
áridas y sin significado. Pero están equivocados. Si bien el romanismo se basa
en el engaño, no es una impostura grosera ni desprovista de arte.
EL CULTO DE LA IGLESIA ROMANA es un
ceremonial que impresiona profundamente. Lo brillante de sus ostentaciones y la
solemnidad de sus ritos fascinan los sentidos del pueblo
y acallan la voz de la razón y de la conciencia.
Todo encanta a la vista. Sus soberbias
iglesias, sus procesiones imponentes, sus altares de oro, sus relicarios de
joyas, sus pinturas escogidas y sus exquisitas esculturas, todo apela al amor
de la belleza. Al oído también se le cautiva. Su música no tiene igual. Los
graves acordes del órgano poderoso, unidos a la melodía de numerosas voces que
resuenan y repercuten por entre las elevadas naves y columnas de sus grandes
catedrales, no pueden dejar de producir en los espíritus impresiones de respeto
y reverencia.
Este esplendor, esta pompa y
estas ceremonias exteriores, 623 que no sirven más que para dejar burlados los
anhelos de las almas enfermas de pecado, son clara evidencia de la corrupción
interior.
La religión de Cristo no necesita de tales atractivos para hacerse
recomendable. Bajo los rayos de luz que emite la cruz, el verdadero cristianismo se
muestra tan puro y tan hermoso, que ninguna decoración exterior puede realzar
su verdadero valor. Es la hermosura de la santidad, o sea un espíritu manso y
apacible, lo que tiene valor delante de Dios.
La brillantez del estilo no es necesariamente indicio de pensamientos puros
y elevados. Encuéntranse a menudo conceptos del arte y refinamientos del gusto
en espíritus carnales y sensuales. Satanás suele valerse a menudo
de ellos para hacer olvidar a los hombres las necesidades del alma, para
hacerles perder de vista la vida futura e inmortal, para alejarlos de su
Salvador infinito e inducirlos a vivir para este mundo solamente.
UNA RELIGIÓN DE CEREMONIAS exteriores es propia para atraer
al corazón irregenerado. La pompa y el ceremonial del culto católico ejercen un
poder seductor, fascinador, que engaña a muchas personas, las cuales llegan a
considerar a la iglesia romana como la verdadera puerta del cielo. Sólo pueden
resistir su influencia los que pisan con pie firme en el fundamento de la
verdad y cuyos corazones han sido regenerados por el Espíritu de Dios.
Millares de personas que no conocen por experiencia a Cristo, serán
llevadas a aceptar las formas de una piedad sin poder. Semejante religión es,
precisamente, lo que las multitudes desean.
LA CONFESIÓN
El hecho de que la iglesia
asevere tener el derecho de perdonar pecados induce a los romanistas a sentirse
libres para pecar; y el mandamiento de la confesión sin la cual ella no otorga
su perdón, tiende además a dar bríos al mal. El que se arrodilla ante un hombre
caído y le expone en la confesión los pensamientos y deseos secretos de su
corazón, rebaja su dignidad y degrada todos los nobles instintos de su alma.
Al descubrir los pecados de su
alma a un sacerdote -mortal desviado 624 y pecador, y demasiado a menudo
corrompido por el vino y la impureza- el hombre rebaja el nivel de su carácter
y consecuentemente se corrompe. La idea que tenía de Dios resulta envilecida a
semejanza de la humanidad caída, pues el sacerdote hace el papel de
representante de Dios.
ESTA CONFESIÓN DEGRADANTE DE
HOMBRE A HOMBRE es la fuente secreta de la cual
ha brotado gran parte del mal que está corrompiendo al mundo y lo está
preparando para la destrucción final.
SIN EMBARGO, para todo aquel a quien le agrada satisfacer sus malas tendencias, es más
fácil confesarse con un pobre mortal que abrir su alma a Dios.
ES MÁS GRATO a la naturaleza humana hacer penitencia que renunciar
al pecado; es más fácil mortificar la carne usando cilicios, ortigas y cadenas
desgarradoras que renunciar a los deseos carnales. Harto pesado es el yugo que el
corazón carnal está dispuesto a cargar antes de doblegarse al yugo de Cristo.
DOS IGLESIAS SEMEJANTES
Hay una semejanza
sorprendente entre la iglesia de Roma y la iglesia judaica del tiempo del
primer advenimiento de Cristo. Mientras los
judíos pisoteaban secretamente todos los principios de la ley de Dios, en lo
exterior eran estrictamente rigurosos en la observancia de los preceptos de
ella, recargándola con exacciones y tradiciones que hacían difícil y pesado el
cumplir con ella. Así como los judíos profesaban reverenciar la ley, así
también los romanistas dicen reverenciar la cruz. Exaltan el símbolo de los
sufrimientos de Cristo, al par que niegan con sus vidas a Aquel a quien ese
símbolo representa.
Los papistas colocan la cruz sobre sus iglesias, sobre sus altares y sobre
sus vestiduras. Por todas partes se ve la insignia de la cruz. Por todas partes
se la honra y exalta exteriormente. Pero las enseñanzas de Cristo están
sepultadas bajo un montón de tradiciones absurdas, interpretaciones falsas y
exacciones rigurosas.
Las palabras del Salvador
respecto a los judíos hipócritas se aplican con mayor razón aún a los jefes de
la iglesia católica romana: "Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y
las ponen sobre los hombros de los hombres; 625 pero ellos mismos no quieren
moverlas con un dedo suyo." (S. Mateo 23: 4, V.M.) Almas concienzudas
quedan presa constante del terror, temiendo la ira de un Dios ofendido,
mientras muchos de los dignatarios de la iglesia viven en el lujo y los
placeres sensuales.
IMÁGENES Y RELIQUIAS
El culto de las imágenes y
reliquias, la invocación de los santos y la exaltación del papa son artificios
de Satanás para alejar de Dios y de su Hijo el espíritu del pueblo. Para
asegurar su ruina, se esfuerza en distraer su atención del Único que puede
asegurarles la salvación. Dirigirá las almas hacia cualquier objeto que pueda substituir
a Aquel que dijo: "¡Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados,
y yo os daré descanso!" (Mateo 11: 28, V.M.)
SATANÁS SE ESFUERZA
SIEMPRE en presentar de un modo falso el carácter de Dios, la
naturaleza del pecado y las verdaderas consecuencias que tendrá la gran
controversia.
SUS SOFISMAS
DEBILITAN el sentimiento de obligación para con la ley divina y dan a los hombres
libertad para pecar.
Al mismo tiempo les
hace aceptar falsas ideas acerca de Dios, de suerte que le miran con temor y odio
más bien que con amor.
ATRIBUYE AL CREADOR LA CRUELDAD
INHERENTE a su propio carácter, la
incorpora en sistemas religiosos y le da expresión en diversas formas de culto.
Sucede así que las inteligencias de los
hombres son cegadas y Satanás se vale de ellos como de sus agentes para hacer
la guerra a Dios.
LA CAUSA DEL PORQUE DE LOS
SACRIFICIOS HUMANOS
DEBIDO A CONCEPTOS ERRÓNEOS DE LOS ATRIBUTOS DE DIOS, las naciones
paganas fueron inducidas a creer que los sacrificios humanos eran necesarios
para asegurarse el favor divino; y perpetráronse horrendas crueldades bajo las
diversas formas de la idolatría.
CONSECUENCIA DEL SINCRETISMO
RELIGIOSO.
La iglesia católica
romana, al unir las formas del paganismo con las del cristianismo, y al
presentar el carácter de Dios bajo falsos colores, como lo presentaba el
paganismo, RECURRIÓ a prácticas no menos
crueles, horrorosas y repugnantes.
En tiempo de la supremacía romana, había instrumentos de tortura para
obligar a los hombres a aceptar sus doctrinas. Existía la hoguera para los que
no querían hacer concesiones a sus 626 exigencias. HUBO HORRIBLES MATANZAS de tal
magnitud que nunca será conocida hasta que sea manifestada en el día del
juicio.
DIGNATARIOS DE LA IGLESIA, dirigidos por
su maestro Satanás, se afanaban por idear nuevos refinamientos de tortura que
hicieran padecer lo indecible sin poner término a la vida de la víctima. En
muchos casos el proceso infernal se repetía hasta los límites extremos de la
resistencia humana, de manera que la naturaleza quedaba rendida y la víctima
suspiraba por la muerte como por dulce alivio.
Tal era la suerte de los
adversarios de Roma. Para sus adherentes disponía de la disciplina del azote,
del tormento del hambre y de la sed, y de las mortificaciones corporales más
lastimeras que se puedan imaginar. Para asegurarse el favor del cielo, los penitentes violaban las leyes de
Dios al violar las leyes de la naturaleza. Se les enseñaba a disolver
los lazos que Dios instituyó para bendecir y amenizar la estada del hombre en
la tierra.
LOS CEMENTERIOS encierran millones de víctimas que se pasaron la vida
luchando en vano para dominar los afectos naturales, para refrenar como
ofensivos a Dios todo pensamiento y sentimiento de simpatía hacia sus
semejantes.
LA CRUELDAD DE SATANÁS HACIA LA CRISTIANDAD
Si deseamos comprender la
resuelta crueldad de Satanás, manifestada en el curso de los siglos, no entre
los que jamás oyeron hablar de Dios, sino en el corazón mismo de la cristiandad
y por toda su extensión, no tenemos más que echar una mirada en la historia del
romanismo. Por medio de ese gigantesco sistema de engaño, el príncipe del mal
consigue su objeto de deshonrar a Dios y de hacer al hombre miserable. Y si
consideramos lo bien que logra enmascararse y hacer su obra por medio de los
jefes de la iglesia, nos daremos mejor cuenta del motivo de su antipatía por la
Biblia. Siempre que sea leído este libro, la misericordia y el amor de Dios
saltarán a la vista, y se echará de ver que Dios no impone a los hombres
ninguna de aquellas pesadas cargas. Todo lo que él pide es un corazón contrito
y un espíritu humilde y obediente.
LOS MONASTERIOS
Cristo no dio en su vida ningún
ejemplo que autorice a los 627 hombres y mujeres a encerrarse en monasterios so
pretexto de prepararse para el cielo. Jamás enseñó que debían mutilarse los
sentimientos de amor y simpatía. El corazón del Salvador rebosaba de amor.
Cuanto más se acerca el hombre a la perfección moral, tanto más delicada es su
sensibilidad, tanto más vivo su sentimiento del pecado y tanto más profunda su
simpatía por los afligidos.
EL PAPA DICE SER EL VICARIO DE CRISTO;
¿pero puede
compararse su carácter con el de nuestro Salvador? ¿Vióse jamás a Cristo
condenar hombres a la cárcel o al tormento porque se negaran a rendirle
homenaje como Rey del cielo? ¿Acaso se le oyó condenar a muerte a los que no le
aceptaban?
Cuando fue menospreciado por los
habitantes de un pueblo samaritano, el apóstol Juan se llenó de indignación y
dijo: "Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, y los consuma,
como hizo Elías?" Jesús miró a su discípulo con compasión y le
reprendió por su aspereza, diciendo: "El Hijo del hombre no ha venido para
perder las almas de los hombres, sino para salvarlas." (Lucas 9: 54, 56.)
¡Cuán diferente del de su
pretendido vicario es el espíritu manifestado por Cristo!
SIGUEN SIENDO EL MISMO PODER PERSEGUIDOR
LA IGLESIA CATÓLICA
le pone actualmente al mundo una cara apacible, y presenta disculpas por sus horribles
crueldades. Se ha puesto vestiduras como las de Cristo; pero en realidad no ha
cambiado.
Todos los
principios formulados por el papismo en edades pasadas subsisten en nuestros
días. Las doctrinas inventadas en los siglos más tenebrosos siguen profesándose
aún. Nadie se engañe.
El papado que los protestantes
están ahora tan dispuestos a honrar, es el mismo que gobernaba al mundo en
tiempos de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro de sus
vidas para denunciar la iniquidad de él. EL ROMANISMO sostiene las mismas orgullosas pretensiones con que supo dominar sobre
reyes y príncipes y arrogarse las prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy
menos cruel ni despótico que cuando destruía la libertad humana y mataba a los
santos del Altísimo. 628
ES UN CAMALEÓN
EL PAPADO es precisamente lo que la
profecía declaró que sería: la apostasía de los postreros días. (2
Tesalonicenses 2:3, 4.) Forma parte de su política asumir el carácter que le
permita realizar mejor sus fines; pero bajo la apariencia variable del camaleón
oculta el mismo veneno de la serpiente. Declara: "No hay que guardar la
palabra empeñada con herejes, ni con personas sospechosas de herejía."
-Lenfant, Histoire du Concile de Constance, tomo 1, pág. 493.
¿Será posible que
este poder cuya historia se escribió durante mil años con la sangre de los
santos, sea ahora reconocido como parte de la iglesia de Cristo?
NO SIN RAZÓN SE HA ASEGURADO QUE EN LOS PAÍSES
PROTESTANTES EL CATOLICISMO NO DIFIERE YA TANTO DEL PROTESTANTISMO COMO ANTES.
Se ha verificado un cambio; pero
no es el papado el que ha cambiado. El catolicismo se parece mucho en verdad al
protestantismo de hoy día debido a lo mucho que éste ha degenerado desde los
días de los reformadores.
Mientras las iglesias
protestantes han estado buscando el favor del mundo, una falsa caridad las ha
cegado.
Se figuran que es justo
pensar bien de todo mal; y el resultado inevitable será que al fin pensarán mal
de todo bien.
En lugar de salir en defensa de
la fe que fue dada antiguamente a los santos, no parecen sino disculparse ante
Roma por haberla juzgado con tan poca caridad y pedirle perdón por la estrechez
de miras que manifestaron.
MUCHOS, aun entre los que no favorecen
al romanismo, se dan poca cuenta del peligro con que les amenaza el poder y la
influencia de Roma.
INSISTEN en que las tinieblas intelectuales y morales que
prevalecían en la Edad Media favorecían la propagación de sus dogmas y
supersticiones junto con la opresión, y que el mayor caudal de inteligencia de
los tiempos modernos, la difusión general de conocimientos y la libertad
siempre mayor en materia de religión, impiden el reavivamiento de la
intolerancia y de la tiranía.
Se ridiculiza la misma idea de
que pudiera volver un estado de cosas semejante en 629 nuestros tiempos de luces.
Es verdad que sobre esta generación brilla mucha luz
intelectual, moral y religiosa. De las páginas abiertas de la santa Palabra de
Dios, ha brotado luz del cielo sobre la tierra.
Pero no hay que olvidar que cuanto mayor sea
la luz concedida, tanto más densas también son las tinieblas de aquellos que la
pervierten o la rechazan.
LA BIBLIA LA ÚNICA SEGURIDAD
Un estudio de la Biblia hecho con
oración mostraría a los protestantes el verdadero carácter del papado y se lo
haría aborrecer y rehuir; PERO MUCHOS SON TAN SABIOS EN SU
PROPIA OPINIÓN que no sienten ninguna necesidad de buscar
humildemente a Dios para ser conducidos a la verdad. Aunque se enorgullecen de
su ilustración, DESCONOCEN TANTO LAS SAGRADAS
ESCRITURAS como el poder de Dios. Necesitan algo para calmar sus conciencias, y buscan
lo que es menos espiritual y humillante.
LO QUE DESEAN ES UN MODO DE OLVIDAR A DIOS, PERO QUE
PAREZCA RECORDARLO.
El papado responde perfectamente
a las necesidades
de todas esas personas.
ES ADECUADO A DOS
CLASES DE SERES HUMANOS QUE abarcan casi a todo el mundo: los
que quisieran salvarse por sus méritos, y los que quisieran salvarse en sus
pecados. Tal es el secreto de su poder.
“Ha quedado probado
cuánto favorecieron el éxito del papado los períodos de tinieblas
intelectuales.
TAMBIÉN QUEDARÁ
DEMOSTRADO que una época de grandes luces intelectuales es igualmente favorable
a su triunfo”.
LA FALSA CIENCIA HOY; ES EL GRAN ALIADO DEL PAPADO
En otro tiempo, cuando los
hombres no poseían la Palabra de Dios ni conocían la verdad, sus ojos estaban
vendados y miles cayeron en la red que no veían tendida ante sus pies. En esta
generación, son muchos aquellos cuyos ojos están ofuscados por el brillo de las
especulaciones humanas, o sea por la "falsamente llamada ciencia;" no
alcanzan a ver la red y caen en ella tan fácilmente como si tuviesen los ojos
vendados. Dios dispuso que las facultades intelectuales del hombre fuesen
consideradas como don de su Creador y que fuesen empleadas en provecho de la
verdad y de la justicia; pero cuando se fomenta el orgullo y la ambición y los
hombres exaltan sus propias teorías por encima de la 630 Palabra de Dios,
entonces la inteligencia puede causar mayor perjuicio que la ignorancia. POR ESTO, LA FALSA CIENCIA DE
NUESTROS DÍAS, que mina la fe en la Biblia, preparará tan seguramente el camino para el
triunfo del papado con su formalismo agradable, COMO EL OBSCURANTISMO lo preparó
para su engrandecimiento en la Edad Media.
LEY DOMINICAL A LA VISTA
En los movimientos que se
realizan actualmente en los Estados Unidos de Norteamérica para asegurar el
apoyo del estado a las instituciones y prácticas de la iglesia, los
protestantes están siguiendo las huellas de los papistas. MÁS AÚN, están abriendo la puerta para que el papado recobre en la
América protestante la supremacía que perdió en el Viejo Mundo.
Y
lo que da más significado a esta tendencia es la circunstancia de que el objeto
principal que se tiene en vista es imponer la observancia del domingo, INSTITUCIÓN que vio la luz en Roma y que el papado proclama como
signo de su autoridad.
ES EL ESPÍRITU DEL PAPADO,
es decir, el espíritu
de conformidad con las costumbres mundanas, la mayor veneración por las
tradiciones humanas que por los mandamientos de Dios, el que está penetrando en
las iglesias protestantes e induciéndolas a hacer la misma obra de exaltación
del domingo que el papado hizo antes que ellas.
LOS MEDIOS QUE EMPLEARÁ
Si El Lector Quiere
Saber Cuáles Son Los Medios Que Se
Emplearán en la contienda por venir, no tiene más que leer la
descripción de los que Roma empleó con el mismo fin en siglos pasados. Si desea
saber cómo los papistas unidos a los protestantes procederán con los que
rechacen sus dogmas, considere el espíritu que Roma manifestó contra el sábado
y sus defensores.
EDICTOS REALES,
concilios generales y ordenanzas de la iglesia SOSTENIDOS POR EL PODER CIVIL
fueron los peldaños por medio de los cuales el día de fiesta pagano alcanzó su
puesto de honor en el mundo cristiano.
LA PRIMERA MEDIDA
PÚBLICA QUE IMPUSO LA
OBSERVANCIA DEL DOMINGO fue la ley promulgada por Constantino. (Año 321 de
J C.; véase el Apéndice.) Dicho edicto 631 requería que los habitantes de las
ciudades descansaran en "el venerable día del sol," pero permitía a
los del campo que prosiguiesen sus faenas agrícolas. A pesar de ser en realidad
ley pagana, FUE IMPUESTA por el
emperador DESPUÉS que hubo
aceptado nominalmente el cristianismo.
Como el mandato real no parecía
substituir de un modo suficiente la autoridad divina, Eusebio, obispo que buscó el favor de los
príncipes y amigo íntimo y adulador especial de Constantino, aseveró que Cristo
había transferido el día de reposo del sábado al domingo. No se pudo aducir una sola prueba de
las Santas Escrituras en favor de la nueva doctrina. Eusebio mismo
reconoce involuntariamente la falsedad de ella y señala a los verdaderos
autores del cambio. "Nosotros
hemos transferido al domingo, día del Señor -dice- todas las cosas que debían
hacerse en el sábado." -Roberto Cox, Sabbath Laws and Sabbath
Duties, pág. 538. Pero por infundado que fuese el argumento en favor del
domingo, sirvió para envalentonar a los hombres y animarlos a pisotear el
sábado del Señor. Todos los que deseaban ser honrados por el mundo aceptaron el
día festivo popular.
CON EL AFIANZAMIENTO DEL PAPADO FUE ENALTECIÉNDOSE MÁS
Y MÁS LA INSTITUCIÓN DEL DOMINGO.
Por algún tiempo el pueblo siguió
ocupándose en los trabajos agrícolas fuera de las horas de culto, y el séptimo
día, o sábado, siguió siendo considerado como el día de reposo. Pero lenta y
seguramente fue efectuándose el cambio. Se prohibió a los magistrados que
fallaran en lo civil los domingos. Poco después se dispuso que todos sin distinción
de clase social se abstuviesen del trabajo ordinario, SO PENA DE MULTA para los
señores y de azotes para los siervos. Más tarde se decretó que los ricos serían
castigados con la pérdida de la mitad de sus bienes y que finalmente, si se
obstinaban en desobedecer, se les hiciese esclavos. Los de las clases
inferiores debían sufrir destierro perpetuo.
SE RECURRIÓ TAMBIÉN A LOS MILAGROS.
Entre otros casos maravillosos,
se refería que un campesino que iba a labrar su campo 632 en día domingo limpió
su arado con un hierro que le penetró en la mano, y por dos años enteros no lo
pudo sacar, "sufriendo con ello mucho dolor y vergüenza." -Francisco
West, Historical and Practical Discourse on the Lord's Day, pág. 174.
Más tarde, el papa ordenó que los
sacerdotes del campo amonestasen a los que violasen el domingo y los indujeran
a venir a la iglesia para rezar, no fuese que atrajesen alguna gran calamidad
sobre sí mismos y sobre sus vecinos. Un concilio eclesiástico adujo el
argumento tan frecuentemente empleado desde entonces, y hasta por los
protestantes, de que en vista de que algunas personas habían sido muertas por
el rayo mientras trabajaban en día domingo, ése debía ser el día de reposo.
"Es evidente -decían los prelados- cuán grande era el desagrado de Dios al
verlos despreciar ese día." Luego se dirigió un llamamiento para que los
sacerdotes y ministros, reyes y príncipes y todos los fieles "hicieran
cuanto les fuera posible para que ese día fuese repuesto en su honor y para que
fuese más devotamente observado en lo por venir, para honra de la
cristiandad." -Tomás Morer, Discourse in Six Dialogues on the Name,
Notion, and Observation of the Lord's Day, pág. 271.
COMO LOS DECRETOS DE LOS CONCILIOS RESULTARAN INSUFICIENTES, se instó a las
autoridades civiles a promulgar un edicto que inspirase terror al pueblo y le
obligase a abstenerse de trabajar el domingo. En un sínodo reunido en Roma,
todos los decretos anteriores fueron confirmados con mayor fuerza y solemnidad,
incorporados en la ley eclesiástica y puestos en vigencia por las autoridades
civiles en casi toda la cristiandad. (Véase Heylyn, History of the Sabbath,
parte 2, cap. 5, sec. 7.)
A PESAR DE ESTO LA FALTA DE
AUTORIDAD BÍBLICA EN FAVOR DE LA OBSERVANCIA DEL DOMINGO NO ORIGINABA POCAS
DIFICULTADES.
El pueblo ponía en tela de juicio
el derecho de sus maestros para echar a un lado la declaración positiva de
Jehová: "El séptimo día Sábado es del Señor tu Dios" a fin de honrar
el día del sol. Se necesitaban otros expedientes para suplir la falta de
testimonios bíblicos.
Un celoso defensor del domingo que visitó a 633 fines
del siglo XII las iglesias de Inglaterra, encontró
resistencia por parte de testigos fieles de la verdad; sus esfuerzos resultaron
tan inútiles que abandonó el país por algún tiempo en busca de medios que le
permitiesen apoyar sus enseñanzas. Cuando regresó, la falta había sido suplida
y entonces tuvo mayor éxito. Había traído consigo un rollo que presentaba como
del mismo Dios, y que contenía el mandamiento que se necesitaba para la
observancia del domingo, con terribles amenazas para aterrar a los
desobedientes. Se afirmaba que ese precioso documento, FRAUDE tan
vil como la institución misma que pretendía afianzar, había caído del cielo y
había sido encontrado en Jerusalén sobre el altar de San Simeón, en el Gólgota.
PERO EN REALIDAD, DE DONDE PROCEDÍA era del palacio pontifical de
Roma. La jerarquía papal consideró siempre como legítimos los fraudes y las
adulteraciones que favoreciesen el poder y la prosperidad de la iglesia.
El rollo prohibía trabajar desde la hora novena (3 de la tarde) del sábado
hasta la salida del sol el lunes; y su autoridad se declaraba confirmada por
muchos milagros.
Ø Se decía que
personas que habían trabajado más allá de la hora señalada habían sufrido
ataques de parálisis.
Ø Un molinero que
intentó moler su trigo vio salir en vez de harina un chorro de sangre y la
rueda del molino se paró a pesar del buen caudal de agua.
Ø Una mujer que
había puesto masa en el horno la encontró cruda al sacarla, no obstante haber
estado el horno muy caliente.
Ø Otra que había
preparado su masa para cocer el pan a la hora novena, pero resolvió ponerla a
un lado hasta el lunes, la encontró convertida en panes y cocida por el poder
divino.
Ø Un hombre que
coció pan después de la novena hora del sábado, encontró, al partirlo por la
mañana siguiente, que salía sangre de él. Mediante tales invenciones absurdas y
supersticiosas fue cómo los abogados del domingo trataron de hacerlo sagrado.
(Véase Rogelio de Hoveden, Annals, tomo 2, págs. 528-530.)
Tanto en Escocia como en
Inglaterra se logró hacer respetar 634 mejor el domingo mezclándolo en parte
con el sábado antiguo. Pero variaba el tiempo que se debía guardar como
sagrado. Un edicto del rey de Escocia declaraba que "se debía considerar
como santo el sábado a partir del medio día" y que desde ese momento hasta
el lunes nadie debía ocuparse en trabajos mundanos.
Morer, págs. 290, 291.
PERO A PESAR DE TODOS LOS ESFUERZOS HECHOS PARA
ESTABLECER LA SANTIDAD DEL DOMINGO, los mismos
papistas confesaban públicamente la autoridad divina del sábado y el origen
humano de la institución que lo había suplantado.
EN EL SIGLO XVI un concilio papal
ordenó explícitamente: "Recuerden todos los cristianos que el séptimo día
fue consagrado por Dios y aceptado y observado no sólo por los judíos, sino
también por todos los que querían adorar a Dios; no obstante nosotros los
cristianos hemos cambiado el sábado de ellos en el día del Señor,
domingo." -Id., págs. 281, 282.
Los que estaban pisoteando la ley
divina no ignoraban el carácter de la obra que estaban realizando. Se estaban
colocando deliberadamente por encima de Dios.
LAS PERSECUCIONES
Ø Un ejemplo
sorprendente de la política de Roma contra los que no concuerdan con ella se
encuentra en la larga y sangrienta persecución de los valdenses, algunos de los
cuales observaban el sábado.
Ø Otros sufrieron
de modo parecido por su fidelidad al cuarto mandamiento. La historia de las
iglesias de Etiopía, o Abisinia, es especialmente significativa. En medio de
las tinieblas de la Edad Media, se perdió de vista a los cristianos del África
central, quienes, olvidados del mundo, gozaron de plena libertad en el
ejercicio de su fe. Pero al fin Roma descubrió su existencia y el emperador de
Abisinia fue pronto inducido a reconocer al papa como vicario de Cristo. Esto
fue principio de otras concesiones. Se proclamó un edicto que prohibía la
observancia del sábado, bajo las penas más severas. (Véase Miguel Geddes,
Church History of Ethiopia, págs. 311, 312.)
Pero la tiranía papal se convirtió luego en yugo tan amargo que los
abisinios resolvieron sacudirlo. 635 Después de una lucha terrible, los
romanistas fueron expulsados de Abisinia y la antigua fe fue restablecida. Las
iglesias se regocijaron en su libertad y no olvidaron jamás la lección que
habían aprendido respecto al engaño, al fanatismo y al poder despótico de Roma.
En medio de su reino aislado se sintieron felices de permanecer desconocidos
para el resto de la cristiandad.
LA PIEDRA DE TOQUE
Las iglesias de África observaban
el sábado como lo había observado la iglesia papal antes de su completa
apostasía. Al mismo tiempo que guardaban el séptimo día en obediencia al
mandamiento de Dios, se abstenían de trabajar el domingo conforme a la
costumbre de la iglesia. Al lograr el poder supremo, Roma había pisoteado el
día de reposo de Dios para enaltecer el suyo propio; pero las iglesias de
África, desconocidas por cerca de mil años, no participaron de esta apostasía.
Cuando cayeron bajo el cetro de Roma, fueron forzadas a dejar a un lado el
verdadero día de reposo y a exaltar el falso; pero apenas recobraron su
independencia volvieron a obedecer el cuarto mandamiento. (Véase el Apéndice.)
Estos recuerdos de lo pasado
ponen claramente de manifiesto la enemistad de Roma contra el verdadero día de
reposo y sus defensores, y los medios que emplea para honrar la institución
creada por ella.
La Palabra de Dios nos enseña que estas escenas han de repetirse cuando los
católicos romanos y los protestantes se unan para exaltar el domingo.
LA PROFECÍA DEL CAPÍTULO 13 DEL APOCALIPSIS DECLARA que el poder
representado por la bestia de cuernos semejantes a los de un cordero haría
"que la tierra y los que en ella habitan" adorasen al papado - que
está simbolizado en ese capítulo por una bestia "parecida a un
leopardo." La bestia de dos cuernos dirá también "a los que habitan
sobre la tierra, que hagan una imagen de la bestia;" y además mandará que
"todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como
esclavos," tengan la marca de la bestia.
(Apocalipsis 13: 11-16, V.M.).
Se ha demostrado que los Estados Unidos de Norteamérica son 636 el poder
representado por la bestia de dos cuernos semejantes a los de un cordero, y que
esta profecía se cumplirá cuando los Estados Unidos hagan obligatoria la
observancia del domingo, que Roma declara ser el signo característico de su
supremacía.
Pero los Estados Unidos no serán los únicos
que rindan homenaje al papado. La influencia de Roma en los países que en otro
tiempo reconocían su dominio, dista mucho de haber sido destruída. Y la
profecía predice la restauración de su poder. "Y vi una de sus cabezas
como si hubiese sido herida de muerte; y su herida mortal fue sanada; y toda la
tierra maravillóse, yendo en pos de la bestia." (Vers. 3.) La herida
mortal que le fue ocasionada se refiere a la caída del papado en 1798. Después
de eso, dice el profeta, "su herida mortal fue sanada; y toda la tierra
maravillóse, yendo en pos de la bestia."
SAN PABLO dice claramente que el hombre de pecado subsistirá hasta el segundo
advenimiento. (2 Tesalonicenses 2:8.) Proseguirá su obra de engaño hasta el
mismo fin del tiempo, y el revelador declara refiriéndose también al papado:
"Todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están
escritos en el libro de la vida." (Apocalipsis 13: 8.)
Tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo se le tributará homenaje al papado
por medio del honor que se conferirá a la institución del domingo, la cual
descansa únicamente sobre la autoridad de la iglesia romana.
Desde mediados del siglo XIX, los que estudian la profecía en los Estados
Unidos han presentado este testimonio ante el mundo. En los acontecimientos que
están desarrollándose actualmente, especialmente en dicho país, se ve un rápido
avance hacia el cumplimiento de dichas predicciones.
Los maestros protestantes
presentan los mismos asertos de autoridad divina en favor de la observancia del
domingo y adolecen de la misma falta de evidencias bíblicas que los dirigentes
papales cuando fabricaban milagros para suplir la falta de un mandamiento de
Dios. Se repetirá el aserto de que los juicios de Dios caerán sobre los hombres
en castigo por no haber 637 observado el
domingo como día de reposo. Ya se oyen voces en este sentido. Y un movimiento
en favor de la observancia obligatoria del domingo está ganando cada vez más
terreno.
La sagacidad y astucia de la
iglesia romana asombran. Puede leer el porvenir. Se da tiempo viendo que las
iglesias protestantes le están rindiendo homenaje con la aceptación del falso
día de reposo y que se preparan a imponerlo con los mismos medios que ella
empleó en tiempos pasados. Los que rechazan la luz de la verdad buscarán aún la
ayuda de este poder que se titula infalible, a fin de exaltar una institución
que debe su origen a Roma. No es difícil prever cuán apresuradamente ella
acudirá en ayuda de los protestantes en este movimiento. ¿Quién mejor que los
jefes papistas para saber cómo entendérselas con los que desobedecen a la
iglesia?
LA IGLESIA CATÓLICA ROMANA, con todas sus
ramificaciones en el mundo entero, forma una vasta organización dirigida por la
sede papal, y destinada a servir los intereses de ésta. Instruye a sus millones
de adeptos en todos los países del globo, para que se consideren obligados a
obedecer al papa. Sea cual fuere la nacionalidad o el gobierno de éstos, deben
considerar la autoridad de la iglesia como por encima de todas las demás.
Aunque juren fidelidad al estado, siempre quedará en el fondo el voto de obediencia
a Roma que los absuelve de toda promesa contraria a los intereses de ella.
La historia prueba lo astuta y
persistente que es en sus esfuerzos por inmiscuirse en los asuntos de las
naciones, y para favorecer sus propios fines, aun a costa de la ruina de
príncipes y pueblos, una vez que logró entrar.
EN EL AÑO 1204, EL PAPA INOCENCIO III ARRANCÓ DE PEDRO II, REY DE ARAGÓN,
ESTE JURAMENTO EXTRAORDINARIO:
"Yo, Pedro, rey de los
aragoneses, declaro y prometo ser siempre fiel y obediente a mi señor, el papa
Inocencio, a sus sucesores católicos y a la iglesia romana, y conservar mi
reino en su obediencia, defendiendo la religión católica y persiguiendo la
perversidad herética." -Juan Dowling, The History of Romanism, lib. 5,
cap. 6, sec. 55. Esto está 638 en armonía con las pretensiones del pontífice
romano con referencia al poder, de que "él tiene derecho de deponer
emperadores" y de que "puede desligar a los súbditos de la lealtad
debida a gobernantes perversos."- Mosheim, lib. 3, siglo II, parte
2, cap. 2, sec. 2, nota 17. Véase también el Apéndice.
Y TÉNGASE PRESENTE QUE ROMA SE JACTA DE NO
VARIAR JAMÁS.
Los principios de Gregorio VII y
de Inocencio III son aún los principios de la iglesia católica romana; y si
sólo tuviese el poder, los pondría en vigor con tanta fuerza hoy como en siglos
pasados. Poco saben los protestantes lo que están haciendo al proponerse
aceptar la ayuda de Roma en la tarea de exaltar el domingo. Mientras ellos tratan de
realizar su propósito, Roma tiene su mira puesta en el restablecimiento de su
poder, y tiende a recuperar su supremacía perdida.
Establézcase en los Estados
Unidos el principio de que la iglesia puede emplear o dirigir el poder del
estado; que las leyes civiles pueden hacer obligatorias las observancias
religiosas; en una palabra, que la autoridad de la iglesia con la del estado
debe dominar las conciencias, y el triunfo de Roma quedará asegurado en la gran
República de la América del Norte.
La Palabra de Dios ha dado
advertencias respecto a tan inminente peligro; descuide estos avisos y el mundo
protestante sabrá cuáles son los verdaderos propósitos de Roma, pero ya será
tarde para salir de la trampa. Roma está aumentando sigilosamente su poder. Sus
doctrinas están ejerciendo su influencia en las cámaras legislativas, en las
iglesias y en los corazones de los hombres. Ya está levantando sus soberbios e
imponentes edificios en cuyos secretos recintos reanudará sus antiguas
persecuciones. Está acumulando ocultamente sus fuerzas y sin despertar
sospechas para alcanzar sus propios fines y para dar el golpe en su debido
tiempo. Todo lo que Roma desea es asegurarse alguna ventaja, y ésta ya le ha
sido concedida. Pronto veremos y palparemos los propósitos del romanismo.
Cualquiera que crea u obedezca a la Palabra de Dios incurrirá en oprobio y
persecución. 639 CS EGW
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