LA RELACIÓN
ENTRE EL MUNDO VISIBLE Y EL INVISIBLE, el ministerio de los ángeles de
Dios y la influencia o intervención de los espíritus malos, son asuntos
claramente revelados en las Sagradas Escrituras y como indisolublemente
entretejidos con la historia humana. NÓTASE
en nuestros días una tendencia creciente a no creer en la existencia de los
malos espíritus, mientras que por otro lado muchas personas ven espíritus de
seres humanos difuntos en los santos ángeles, que son "enviados para"
servir a "los que han de heredar la salvación." (Hebreos 1:14, VM).
PERO
las Escrituras no sólo enseñan la existencia de los ángeles, TANTO buenos como
malos, sino que contienen pruebas terminantes de que éstos no son espíritus
desencarnados de hombres que hayan dejado de existir.
ANTES DE LA
CREACIÓN DEL HOMBRE, HABÍA YA ÁNGELES; pues cuando los cimientos de la tierra fueron echados, a una
"las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos
de Dios." (Job 38:7).
Después de la caída del hombre, fueron enviados
ángeles para guardar el árbol de la vida, y esto antes que ningún ser humano
hubiese fallecido. Los ángeles son por
naturaleza superiores al hombre, pues el salmista refiriéndose a éste, dice:
"Algo menor lo hiciste que los ángeles." (Salmo 8:6, V.B.- Cantera, vers. 5 en V. Valera.)
"Algo menor lo hiciste que los ángeles." (Salmo 8:6, V.B.- Cantera, vers. 5 en V. Valera.)
LAS
SANTAS ESCRITURAS Nos Dan Información acerca del número, del poder y
de la gloria de los seres celestiales, de su relación con el gobierno de Dios y
también con la obra de redención.
"Jehová afirmó en los cielos su trono; y su reino domina sobre
todos." Y el profeta dice: "Oí voz de muchos ángeles alrededor del
trono." Ellos sirven en la sala del trono del Rey de los reyes-
"ángeles, poderosos en fortaleza," 566 "ministros suyos,"
que hacen "su voluntad," "obedeciendo a la voz de su
precepto." (Salmo 103:19-21; Apocalipsis 5:11). Millones de millones y
millares de millares era el número de los mensajeros, celestiales vistos por el
profeta Daniel.
El Apóstol Pablo habla
de "las huestes innumerables de ángeles." (Hebreos 12:22, V.M.) Como
mensajeros de Dios, iban y volvían "a semejanza de relámpagos"
(Ezequiel 1:14), tan deslumbradora es su gloria y tan veloz su vuelo. El ángel que apareció en la tumba del Señor,
y cuyo "aspecto era como un relámpago y su vestido blanco como la
nieve," hizo que los guardias temblaran de miedo y quedaran "como
muertos." (Mateo 28:3,4).
CUANDO SENAQUERIB, el insolente
monarca asirio, blasfemó e insultó a Dios y amenazó destruir a Israel,
"aconteció que en aquella misma noche salió un ángel de Jehová, e hirió en
el campamento de los Asirios ciento ochenta y cinco mil hombres." El ángel
"destruyó a todos los hombres fuertes y valerosos, con los príncipes y los
capitanes" del ejército de Senaquerib, quien "volvió con rostro avergonzado
a su propia tierra." (2 Reyes 19:35; 2 Crónicas 32:21 VM).
LOS
ÁNGELES SON ENVIADOS A LOS HIJOS DE DIOS CON MISIONES DE MISERICORDIA. Visitaron a Abrahán con promesas
de bendición; al justo Lot, para rescatarle de las llamas de Sodoma; a Elías, cuando
estaba por morir de cansancio y hambre en el desierto; a Eliseo, con carros y
caballos de fuego que circundaban la pequeña ciudad donde estaba encerrado por
sus enemigos; a Daniel, cuando imploraba la sabiduría divina en la corte de un
rey pagano, o en momentos en que iba a ser presa de los leones; a San Pedro,
condenado a muerte en la cárcel de Herodes; a los presos de Filipos; a San
Pablo y a sus compañeros, en la noche tempestuosa en el mar; a Cornelio, para
hacerle comprender el Evangelio, a San Pedro, para mandarlo con el mensaje de
salvación al extranjero gentil. Así fue
como, en todas las edades, los santos ángeles ejercieron su ministerio en
beneficio del pueblo de Dios.
CADA DISCÍPULO DE
CRISTO TIENE SU ÁNGEL GUARDIÁN RESPECTIVO. 567 Estos centinelas celestiales protegen a los justos del poder
del maligno. Así lo reconoció el mismo Satanás cuando dijo: "Teme Job a
Dios de balde? ¿No le has tu cercado a él y a su casa, y a todo lo que tiene en
derredor” (Job 1:9, 10)?
El medio de que Dios se vale para
proteger a su pueblo está indicado en las palabras del salmista: "El ángel
de Jehová acampa en derredor de los que le temen, y los defiende." (Salmo
34:7).
Hablando de los que creen en él,
el Salvador dijo: "Mirad no tengáis en poco a alguno de estos pequeños;
porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi
Padre." (Mateo 18:10.) Los ángeles encargados de atender a los hijos de
Dios tienen: a toda hora acceso cerca de él.
ASÍ QUE, AUNQUE EXPUESTO Al Poder Engañoso y a la continua malicia del príncipe de las tinieblas y en conflicto
con todas las fuerzas del mal, el pueblo de Dios tiene siempre asegurada la
protección de los ángeles del cielo. Y
esta protección no es superflua. Si Dios
concedió a sus hijos su gracia y su amparo, es porque deben hacer frente a las
temibles potestades del mal, potestades múltiples, audaces e incansables, cuya
malignidad y poder nadie puede ignorar o despreciar impunemente.
LOS ESPÍRITUS MALOS, CREADOS EN UN PRINCIPIO SIN PECADO, Eran Iguales, Por Naturaleza, Poder Y Gloria, a los seres santos que son ahora mensajeros de
Dios. PERO una vez caídos por el pecado,
se coligaron para deshonrar a Dios y acabar, con los hombres. UNIDOS CON SATANÁS en su rebeldía y arrojados
del cielo con él, han sido desde entonces, en el curso de los siglos, sus cómplices en la guerra empezada contra la
autoridad divina.
Las Sagradas
Escrituras nos hablan de su unión y de su gobierno de sus diversas órdenes, de
su inteligencia y astucia, como también
de sus propósitos malévolos contra la paz y la felicidad de los hombres.
LA HISTORIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO Menciona a
veces su existencia y su actuación Pero fue durante el tiempo que Cristo estuvo
en la tierra cuando los espíritus malos dieron las más sorprendentes pruebas de
su poder. Cristo había venido 568 para
cumplir el plan ideado para la redención del hombre, y Satanás resolvió afirmar
su derecho para gobernar al mundo.
Había
logrado implantar la idolatría en toda la tierra, menos en Palestina. Cristo vino a derramar la luz del cielo sobre
el único país que no se había sometido al yugo del tentador.
DOS PODERES RIVALES PRETENDÍAN LA SUPREMACÍA.
Jesús extendía sus brazos de
amor, invitando a todos los que querían encontrar en él perdón y paz. Las huestes de las tinieblas vieron que no
poseían un poder ilimitado, y comprendieron, que si la misión de Cristo tenía
éxito, pronto terminaría su reinado. Satanás se enfureció como león encadenado
y desplegó atrevidamente sus poderes tanto sobre los cuerpos como sobre las
almas de los hombres.
QUE ciertos hombres hayan sido
poseídos por demonios está claramente expresado en el Nuevo Testamento. Las personas afligidas de tal suerte no
sufrían únicamente de enfermedades cuyas causas eran naturales. Cristo tenía conocimiento perfecto de aquello
con que tenía que habérselas,
y reconocía la presencia y acción directas de los
espíritus malos.
EL ENDEMONIADO GADARENO.
Ejemplo sorprendente de su
número, poder y malignidad, como también del poder misericordioso de Cristo, lo
encontramos en el relato de la curación de los endemoniados de Gádara. Aquellos pobres desaforados, que burlaban
toda restricción y se retorcían, echando espumarajos por la boca, enfurecidos,
llenaban el aire con sus gritos, se maltrataban y ponían en peligro a cuantos se
acercaban a ellos. Sus cuerpos cubiertos de sangre y desfigurados,
sus mentes extraviadas, presentaban un espectáculo de los más agradables para
el príncipe de las tinieblas. Uno de los
demonios que dominaba a los enfermos, declaró: "Legión me llamo; porque
somos muchos." (S. Marcos 5:9).
En el ejército romano una legión se
componía de tres a cinco mil hombres.
Las huestes de Satanás están también organizadas en compañías, y la
compañía a la cual pertenecían estos demonios correspondía ella sola en número
por lo menos a una legión. 569
AL MANDATO DE JESÚS, los
espíritus malignos abandonaron sus víctimas, dejándolas sentadas en calma a los
pies del Señor, sumisas, inteligentes y afables. Pero a los demonios se les permitió despeñar
una manada de cerdos en el mar; y los habitantes de Gádara, estimando de más
valor sus puercos que las bendiciones que Dios había concedido, rogaron al
divino Médico que se alejara.
Tal era el
resultado que Satanás deseaba conseguir. Echando la culpa de la pérdida sobre Jesús, despertó los temores
egoístas del pueblo, y les impidió escuchar sus palabras.
SATANÁS acusa continuamente a los cristianos
de ser causa de pérdidas, desgracias y padecimientos, en lugar de dejar recaer
el oprobio sobre quienes lo merecen, es decir, sobre sí mismo y sus agentes.
PERO los propósitos de Cristo no
quedaron frustrados. Permitió a los
espíritus malignos que destruyesen la manada de cerdos, como censura contra
aquellos judíos que, por amor al lucro, criaban esos animales inmundos. Si Cristo no hubiese contenido a los
demonios, habrían precipitado al mar no sólo los cerdos sino también a los
dueños y porqueros. La inmunidad de
éstos fue tan sólo debida a la intervención misericordiosa de Jesús.
POR OTRA PARTE, el suceso fue
permitido para que los discípulos viesen el poder malévolo de Satanás sobre
hombres y animales, pues quería que sus discípulos conociesen al enemigo al que
iban a afrontar, para que no fuesen engañados y vencidos por sus
artificios. Quería, además, que el
pueblo de aquella región viese que él, Jesús, tenía el poder de romper las
ligaduras de Satanás y libertar a sus cautivos. Y aunque Jesús se alejó, los hombres tan milagrosamente libertados
quedaron para proclamar la misericordia de su Bienhechor.
LAS ESCRITURAS ENCIERRAN OTROS
EJEMPLOS SEMEJANTES.
La hija de la mujer sirofenicia
estaba atormentada de un demonio al que Jesús echó fuera por su palabra. (Marcos
7:26-30). "Un endemoniado, ciego y mudo" (Mateo 12:22); un joven que
tenía un espíritu mudo, que a menudo le arrojaba "en 570 el fuego y en aguas, para
matarle" (Marcos 9:17-27); el maníaco que, atormentado por el
"espíritu de un demonio inmundo" (S. Lucas 4:33-36), perturbaba la tranquilidad del sábado en la sinagoga de
Capernaum todos ellos fueron curados por el compasivo Salvador. En casi todos los casos Cristo se dirigía al
demonio como a un ser inteligente, ordenándole salir de su víctima y no
atormentarla más. Al ver su gran poder,
los adoradores reunidos en Capernaum se asombraron, "y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué
palabra es ésta? que con autoridad y potencia manda a los espíritus inmundos, y
salen." (Lucas 4:36).
SE REPRESENTA Uno Generalmente
aquellos endemoniados como sometidos a grandes padecimientos; SIN EMBARGO Había Excepciones A Esta Regla. Con el fin de
obtener poder sobrenatural, algunas personas se sometían voluntariamente a la
influencia satánica.
Estas, por
supuesto, no entraban en conflicto con los demonios. A esta categoría pertenecen los que poseían
el espíritu de adivinación, como los magos Simón y Elimas y la joven adivina
que siguió a Pablo y a Silas en Filipos.
Nadie está en mayor
peligro de caer bajo la influencia de los espíritus malos que los que, a pesar
del testimonio directo y positivo de las Sagradas Escrituras, niegan la
existencia e intervención del diablo y de sus ángeles. Mientras ignoremos sus astucias, ellos nos
llevan notable ventaja; y muchos obedecen a sus sugestiones creyendo seguir los
dictados de su propia sabiduría.
Esta es la razón por la cual a
medida que nos acercamos al fin del tiempo, cuando Satanás obrará con la mayor
energía para engañar y destruir, él mismo propaga por todas partes la creencia
de que no existe. Su política consiste
en esconderse y obrar solapadamente. No hay nada que el gran seductor
tema tanto como el que nos demos cuenta de sus artimañas. Para mejor disfrazar su carácter y encubrir
sus verdaderos propósitos, se ha hecho representar de modo que no despierte
emociones más poderosas que las del ridículo y del desprecio. Le gusta que lo 571 pinten deforme o
repugnante, mitad animal mitad hombre.
Le agrada oírse nombrar
como objeto de diversión y de burla
por personas que se creen inteligentes e
instruídas.
PRECISAMENTE POR HABERSE ENMASCARADO con habilidad
consumada es por lo que tan a menudo se oye preguntar: "¿Existe en
realidad ente semejante?" Prueba evidente de su éxito es la aceptación
general de que gozan entre el público religioso ciertas teorías que niegan los,
testimonios más positivos de las Sagradas Escrituras. Y es porque Satanás puede dominar tan
fácilmente los espíritus de las personas inconscientes de su influencia, por lo
que la Palabra de Dios nos da tantos ejemplos de su obra maléfica, nos revela
sus fuerzas ocultas y nos pone así en guardia, contra sus ataques.
El
poder y la malignidad de Satanás y de su hueste podrían alarmarnos con razón,
si no fuera por el apoyo y salvación que podemos encontrar
en el poder superior
de nuestro Redentor.
Proveemos cuidadosamente nuestras casas con cerrojos y candados para
proteger nuestros bienes y nuestras vidas contra los malvados; pero rara vez
pensamos en los ángeles malos que tratan continuamente de llegar hasta
nosotros, y contra cuyos ataques no contamos en nuestras propias fuerzas con
ningún medio eficaz de defensa. Si se
les dejara, nos trastornarían la razón, nos desquiciarían y torturarían el
cuerpo, destruirán nuestras propiedades y nuestras vidas.
SÓLO SE DELEITAN EN EL MAL Y EN LA DESTRUCCIÓN. Terrible es la condición de los
que resisten a las exigencias de Dios y ceden a las tentaciones de Satanás
hasta que Dios los abandona al poder de los espíritus malignos. Pero los que siguen a Cristo están siempre
seguros bajo su protección. Ángeles de
gran poder son enviados el cielo para ampararlos. El maligno no puede forzar la guardia con que
Dios tiene rodeado a su pueblo. 572 CS
EGW
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