La Biblia Enseña A Las Claras Que Los Muertos No Van Inmediatamente Al Cielo.
Se les representa como si estuvieran durmiendo hasta el día de la resurrección. (1 Tesalonicenses 4:14; Job 14:10-12). El día mismo en que se corta el cordón de plata y se quiebra el tazón de oro (Eclesiastés 12:6), perecen los pensamientos de los hombres. Los que bajan a la tumba permanecen en el silencio. Nada saben de lo que se hace bajo el sol. (Job 14:21).
¡Descanso 606 bendito para los exhaustos justos! Largo o corto, el tiempo no les parecerá más que un momento. Duermen hasta que la trompeta de Dios los despierte para entrar en una gloriosa inmortalidad. "Porque sonará la trompeta, y los muertos resucitarán incorruptibles....
Porque es necesario que este cuerpo corruptible se revista de incorrupción, y que este cuerpo mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este cuerpo corruptible se haya revestido de incorrupción, y este cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, entonces será verificado el dicho que está escrito: ¡Tragada ha sido la muerte victoriosamente!" (1 Corintios 15:52-54, V.M.)
En el momento en que sean despertados de su profundo sueño, reanudarán el curso de sus pensamientos interrumpidos por la muerte. La última sensación fue la angustia de la muerte.
El último pensamiento era el de que caían bajo el poder del sepulcro.
Cuando se levanten de la tumba, su primer alegre pensamiento se expresará en el hermoso grito de triunfo: "¿Dónde está, oh Muerte, tu aguijón? ¿Dónde está, oh Sepulcro, tu victoria?" (Vers. 55.) CS 607
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