Y sus profetas recubrían con lodo suelto,
profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová
el Señor; y Jehová no había hablado.
Sí,
por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno
edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto. Ezequiel
13:10;
22:28.
Paz. Comparar con Jer. 6: 14; 23: 17; Miq. 3: 5; Zac. 10: 2. Los falsos profetas adormecían a la gente con la idea de una falsa seguridad y lograban así anestesiar su conciencia. Por otra parte, los verdaderos mensajeros de Dios no halagan al pecador. No tienen un mensaje de paz para adormecer al que no ha sido santificado para que caiga en una falsa seguridad. Tienen el deber de despertar la conciencia del impío hasta que el alma angustiada exclame: "¿Qué debo hacer para ser salvo?" (Hech. 16: 30). Ver com. Jer. 6: 14.
Lado suelto. Heb. tafel,
"revoque de barro" o "revoque de cal". La figura debe entenderse de la siguiente
forma: Se ha construido una débil pared interior o tabique. Los
falsos profetas la blanquearon, mejorando así su apariencia, pero sin darle
mayor fuerza. Los dirigentes y el pueblo inventaron varios esquemas, tales como
la alianza con Egipto (Jer. 37: 5, 7), y los que se consideraban a sí mismos
como profetas les dieron importancia con su influencia y su persuasión.
Se observa un paralelo notable con lo que ocurre hoy en el mundo religioso. Se han introducido en la fe cristiana muchas doctrinas falsas que no encuentran apoyo en la Palabra de Dios. Estas doctrinas tienen sus raíces en la tradición, y detrás de la tradición, su origen muchas veces puede hallarse en prácticas y conceptos paganos.
En vez de abandonar toda creencia que no se funda en las Sagradas Escrituras, los hombres emplean enormes cantidades de energía en "blanquear" esos débiles conceptos a fin de que sean más plausibles.
Un ejemplo notable de esto es el esfuerzo que se ha realizado para conseguir pruebas bíblicas que apoyen la observancia del domingo. La mayoría de los cristianos guardan un día cuya observancia no se ordena en la Biblia. Razonan que esto debe ser correcto, puesto que la iglesia cristiana por siglos ha estado siguiendo esta práctica. Pasan por alto la evidencia clara que señala al séptimo día de la semana como verdadero día de reposo y tuercen otros pasajes bíblicos a fin de prestar apoyo al primer día de la semana.
El resultado de todo esto será igual a lo que les sucedió a los constructores y blanqueadores de la pared de Ezequiel (Eze. 13: 12-16).
*En el mundo religioso hay quienes apoyan casi cualquier tipo de creencia. Hay varias reglas importantes que pueden ayudar hoy a los hombres a distinguir entre lo que es "lodo suelto" y lo que es genuino.
Estas Reglas deberían emplearse para probar a cualquiera que pretenda basarse en la
Biblia. También sirven como sistema para dirigir la investigación bíblica, a
fin de que no se llegue a conclusiones erróneas.
1. La Biblia siempre debería estudiarse con oración. Sólo el
Espíritu Santo puede ayudarnos a ver la importancia de aquellas cosas que son
fáciles de entender, y hacer que no torzamos aquellas verdades que son
difíciles de entender (ver CS 657-658).
Además, las cosas espirituales se disciernen espiritualmente (1 Cor.
2:14). Por lo tanto, una persona que no tiene el Espíritu de Dios no puede
entender las cosas divinas. La práctica correcta de la oración colocará a una
persona en condiciones de recibir la verdad divina.
2. La persona debe estar lista a seguir la luz
revelada (Juan 7: 17). Las
verdades divinas no son dadas en forma confusa, ambigua, para que los hombres
las pisoteen. Dios reserva la comprensión de sus mensajes para quienes estén
dispuestos a caminar en la luz que ilumina sus mentes. El negarse
obstinadamente a andar en esta luz cierra la puerta a una mayor comprensión de
la verdad divina.
3. La Biblia debe interpretarse en concordancia con
ella misma. Cuando se la
entiende correctamente, la Biblia no se contradice. Si una conclusión sacada de
un pasaje bíblico contradice a otro pasaje del mismo libro, debe decirse que
esa conclusión es falsa. Muchas veces se le puede dar varias interpretaciones a
un versículo o a un pasaje, cuando se lo considera en forma aislada. En tal
caso, debe aceptarse la conclusión que esté en completa armonía con toda la
Biblia.
4. La Biblia debe interpretarse a la luz de su
contexto. El
estudiante debería tornar cuidadosamente en cuenta el contexto del pasaje que
está considerando para saber de qué estaba hablando el autor. Deberá limitar su
aplicación a los límites puestos por el autor. Por ejemplo, cuando Pablo dice:
"Todo me es lícito" (1 Cor. 6: 12), esa declaración, tomada en forma
aislada, podría interpretarse en el sentido de que Pablo afirma aquí que era un
libertino. Pero el contexto señala que está hablando de que era lícito comer
carnes sacrificadas a ídolos. Nadie
tiene el derecho de aplicar la palabra "todo" más allá de lo que
Pablo tenía en cuenta cuando hizo esta afirmación.
5. Debe permitirse que la Biblia sea su propio
intérprete. Con
frecuencia, el Espíritu Santo no interpreta inmediatamente el símbolo que
emplean las Escrituras, pero se espera que en otro pasaje el mismo Espíritu
explicara el lenguaje difícil de comprender.
Y así ocurre. Podría añadirse que, cuando no se presenta esta
explicación adicional, cualquier intento que hagan los hombres por interpretar
estos símbolos, en el mejor de los casos sólo puede considerarse como una
conjetura.
En
resumen, el procedimiento correcto para descubrir lo que la Biblia enseña sobre
cualquier tema es tomar todo lo que la Biblia dice en cuanto a ese tema antes de
llegar a conclusión alguna. La consideración del tema en todos sus alcances
impide que el intérprete salga por una tangente de interpretación que no sea
bíblica. 4CBA/MHP